El pasado fin de semana visitamos el prepirineo oscense. En concreto Graus, en la Ribagorza, en busca del que, quizá, es el más manejable de todos los bovinos españoles de extensivo.
A través de la Asociación de Criadores de Raza Bovina Parda de Montaña del Pirineo, conocimos a varios de sus ganaderos, y en especial a José Ramón Tolosa, quien nos acompañó durante este intenso final de semana.
De su mano recorrimos parte de la comarca en busca de los pastos de invierno, entre los 700 y los 1000 m.s.n.m. Allí pacen, por el momento, sin prisa, lobos, ni preocupaciones, sus reses, una vez han descendido de los pastizales del alto Pirineo. Y allí pasan todo el invierno. Llegado el mes de junio, ya entrada la primavera, y una vez retirada la nieve de los accesos principales, regresarán por el mismo camino hasta las altas cumbres de la frontera franco-española, donde pasarán el verano, en altitudes cercanas a los 2000 m.s.n.m.
Otro hecho curioso es que en aquellas montañas, tan minifundistas como las nuestras, los ganaderos son también agricultores, y aprovechan cada rincón, para realizar sementeras de cebada, centeno o pradera, que posteriormente dispensarán a sus ganaderías. Pudimos observar un trato exquisito a los animales, perfectamente organizados por lotes de parto o raza, en una tierra donde lo irregular del terreno dificulta cualquier tarea. Dificultad que, sin duda, se ve aliviada por el buen hacer de José Ramón y sus paisanos, su selección, y las características de esta raza de aptitud cárnica, tamaño medio a grande, buen desarrollo muscular, de buen parto para cualquier raza de macho, y tan dóciles en su libertad que hasta la más aprensiva se dejó acariciar.
En días venideros una partida de tan magníficos ejemplares se incorporará a la cabaña bovina zamorana, en la localidad de Otero de Centenos, municipio de Manzanal de los Infantes, en la Carballeda. Santiago Ríos será quien se haga cargo de su futuro.
Pero… no fueron solo vacas lo que vimos. Aquella es tierra de trufas (Tuber Melanosporum), y las cercanas y abiertas gentes de aquellos lugares nos enseñaron mucho sobre ellas y sobre su recolección, pero también sobre su cultivo, aunque esto es harina de otro costal, y de otro artículo…
Como en otras ocasiones, nos acompañó David Casanueva, Técnico de UCCL Ávila, a quien también debemos agradecer su compañía y sus siempre acertados comentarios en estas materias.
Y a vosotros, nuestros clientes, lectores y seguidores, a parte de daros las gracias, solo nos resta desearos una Feliz Navidad y un Próspero 2017. ¡Y que llueva a gusto de todos!
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